Representación y cuotas de inclusión en el acceso a cargos de elección popular

por Activismo

El pasado 9 de noviembre fuimos invitadas a participar en una mesa de diálogo con algunos diputados y senadores de la Ciudad de México en el COPRED.

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El pasado 9 de noviembre fuimos invitadas a participar en una mesa de diálogo con algunos diputados y senadores de la Ciudad de México en el COPRED. El objetivo de este encuentro fue reflexionar sobre los espacios de oportunidad a considerar en el trabajo de una propuesta de reforma electoral a nivel local que garantice la igualdad de condiciones de acceso a cargos de elección popular para personas afrodescendientes. 

El presente texto reúne mis reflexiones expuestas en esa mesa de diálogo.

A propósito de las elecciones intermedias en Estados Unidos, recordé cuando Kamala Harris ganó la vicepresidencia en Estados Unidos en mancuerna con Joe Biden. En esa ocasión, se celebró su victoria como un campo ganado en materia de representación, ya que Kamala es una mujer negra, hija de migrantes. Sin embargo, es en su administración donde estamos viendo y experimentando las consecuencias más inhumanas de una crisis migratoria regional. 

Por otro lado, tenemos la victoría tan celebrada este año de Francia Márquez, actual vicepresidenta de Colombia. Francia fue trabajadora del hogar, luchó por la defensa del territorio del que fue desplazada y ha liderado movimientos y movilizaciones antirracistas. 

Las dos son representantes de proyectos políticos muy diferentes y ambas son mujeres afrodescendientes. Es necesario reconocer que como afrodescendientes tenemos pocas oportunidades de acceder a puestos políticos de toma de decisión, así como es relevante observar que no todas las personas afro abanderan proyectos antirracistas en pro de atender las necesidades particulares de las poblaciones afrodescendientes. 

Considero que hay diversos puntos a tener en cuenta en el trabajo de una propuesta que nos garantice el acceso a cargos de elección popular. 

En un primer momento, es necesario entender las múltiples formas en que el racismo se expresa y comprender cómo sus manifestaciones estructurales que, en vinculación con otras violencias, limitan el acceso a los espacios de toma de decisiones. Así mismo, debemos dar cuenta de las maneras en que el Estado reproduce el racismo. 

Consecuentemente, considero que no se debe buscar cubrir una cuota de inclusión sólo por querer representarnos. Las ideologías y violencias que generan la exclusión de nuestros cuerpos en estos espacios no se resuelven únicamente con ponernos ahí como un símbolo de falsa representación. Las cuotas no se tendrían que pensar si se atendieran las expresiones de racismo directamente. 

Les invito a ir más allá, observar y analizar en qué condiciones, acuerdos y contextos se ocupan u ocuparán esos espacios para que el tokenismo o falsa inclusión no se reproduzca. 

De la misma forma, se necesita dar un paso más adelante de la representación y apostarle a los proyectos políticos antirracistas que están detrás, ya que es una trampa de la representación que una persona afro ocup e un lugar de toma de decisiones y defienda ideales racistas.

En este mismo sentido, es sustancial analizar los intereses de quienes quieren ocupar puestos de poder para discernir justo eso: cuáles son los proyectos que se defienden, si son antirracistas, o sólo buscan reproducir los discursos de odio y racismo existentes.

Es vital la apertura para debatir en torno a las diversas posturas antirracistas y al desarrollo de un pensamiento crítico que se cuestione las múltiples formas y expresiones en las que el racismo se presenta, incluso, en quienes dicen abanderar estas luchas. 

 Para ir cerrando mis comentarios, quiero compartirles que no estoy de acuerdo con la idea que sostiene que el racismo se combate desde el Estado, creando leyes que pretenden encarcelar a los racistas. Las cárceles son racistas y sólo basta con voltear a ver quienes son los que las ocupan.

En este momento tengo más dudas que respuestas, porque ¿de qué sirve tener a personas afrodescendientes en el Senado o en la Cámara de Diputados si las reformas a las leyes continúan reproduciendo el racismo? 

¿De qué nos sirve tener esa representación si apoyan la militarización del país y reproducen las situaciones racistas que atraviesan y ponen en situaciones de desventaja a las personas afrodescendientes en México, así como a las poblaciones afro migrantes que atraviesan nuestro país?

¿De qué nos sirve tener a personas “iguales a nosotros” en estas posiciones de poder cuando desde sus decisiones favorecen la extracción de los recursos naturales forzando al desplazamiento de las comunidades?

No se trata solo de vernos representados en puestos de mando, se trata de atacar las expresiones de racismo que nos vulneran. 

Gracias por la invitación, confío en que las reflexiones o, más bien, las dudas que comparto en este espacio resuenen en ustedes. Espero no estar aquí sólo para cumplir una cuota de inclusión sino para ser escuchada.

Scarlet Estrada

Scarlet Estrada es afromexicana de la Ciudad de México, tiene formación como antropóloga social y periodista, es co-fundadora de Afrochingonas.

@scarshina