Racismo y xenofobia hacia personas refugiadas y migrantes en los medios de comunicación

por Activismo

Vivo en Quintana Roo, un lugar en el que los mismos policías que ayudan a turistas blancas a buscar su hotel, pueden ver a una mujer salvadoreña como una amenaza al punto de someterla y asesinarla, como sucedió con Victoria Salazar

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En las últimas semanas aumentaron las noticias sobre personas migrantes que llegan a las fronteras mexicanas. Lo primero que me llama la atención es que no se habla de ellas como individuos con historias y razones para transitar por el país, sino como olas sin freno (‘una grave ola de migrantes’; ‘masiva ola de migrantes’; ‘ola de migrantes no se detiene’), de avalanchas (‘avalancha de migrantes cruzó irregularmente’; ‘Avalancha de migrantes invade frontera’) y mareas (‘La marea humana sigue y sigue’; ‘Asombra marea humana’) que se ‘desbordan’ (‘Desbordan migrantes horizontes de Chihuahua’; ‘Desbordan migrantes albergue’; ‘desbordan trenes, albergues y oficinas’;  ‘Desborda ola de 2 mil migrantes al INM y va hacia Juárez’) y derriban la propiedad privada (‘Migrantes derriban malla metálica’; ‘derribaron las vallas metálicas’; ‘Haitianos derriban el cerco’), creando miedo en los lectores a través de catastróficas metáforas que son imposibles de detener y que derriban todo a su paso.

 Las personas migrantes y que solicitan asilo no entran, sino que irrumpen (‘Migrantes irrumpen en la COMAR’; ‘irrumpieron de manera violenta’; ‘irrumpen en oficinas’), llegan en estampida (‘estampida de más de 2 mil migrantes’; ‘Migrantes intentaron cruzar en estampida’), desafían (‘miles de personas se arriesgan y desafían a las autoridades’; ‘migrantes desafían los peligros’; ‘Migrantes desafían a Ferromex’) e invaden (‘migrantes y comerciantes invaden la avenida’; ‘Invaden la Ciudad de México migrantes haitianos y centroamericanos’; ‘Invaden Migrantes la Cuauhtémoc’) de forma incontrolable (‘migración se volvió incontrolable’, ‘incontrolable flujo de migrantes’). Nada las detiene.  

Se les pinta como irresponsables que se arriesgan (‘se arriesgan a ser arrollados’; ‘arriesgan sus vidas’), no como víctimas de un contexto político y social que les orilla a tomar decisiones extremadamente difíciles con el fin de encontrar una vida pacífica para sus familias. Se habla de ellas como muchedumbres que no siguen reglas básicas y amenazan nuestra seguridad. Constantemente se les deshumaniza y se juega con nuestros sentimientos de identidad como lectores, haciéndonos creer que una amenaza entra a nuestras ciudades, a nuestros barrios y que son ‘ellos’ contra ‘nosotros’.

 Cuando caminan durante días bajo el sol, sin agua ni comida suficiente, sin acceso a baños públicos o a una cama y, por lo tanto, se enferman, los medios no se enfocan en la falta de servicios y apoyo, sino en los ‘brotes de enfermedades’, con titulares como el de Diario el Heraldo en Honduras que publicó ‘Migrantes convierten a Danlí en foco de contaminación y enfermedades’. Así, se les responsabiliza de la falta de apoyo y se les señala por vivir en ‘asentamientos insalubres y precarios’, como si fuera su elección. Una elección con consecuencias negativas para la sociedad. 

 En los medios, los migrantes no son víctimas de tráfico de personas a quienes se secuestra para extorsionar a sus familiares, sino criminales que ‘se esconden’ por gusto. No son personas que evitan a las autoridades porque saben que les van a robar, sino criminales que deciden tomar rutas peligrosas. Forbes México publica que ‘Migrantes vandalizan y roban’ y Multimedios Laguna comparte el video reportaje ‘Migrantes roban en tiendas’, pintando a cientos de personas como delincuentes sin poder respaldar su acusación, enfocándose en el presunto robo de frituras en una tienda de conveniencia, mientras se ignoran los abusos de las autoridades y de los traficantes de personas. 

 Y claro, cuando las autoridades hacen su trabajo, entonces son los héroes que salvan y rescatan a las personas migrantes. Es difícil encontrar publicaciones que compartan datos básicos sobre los derechos de las personas migrantes, que expliquen cómo funciona el asilo, las leyes y acuerdos entre países, o el por qué es que deciden migrar. De igual manera, los medios se enfocan en el rescate de migrantes mientras omiten el tema del tráfico de personas o de la falta de supervisión a los mismos agentes migratorios que roban. Pocas veces vemos reportajes sobre cómo es que personas armadas pueden detener a decenas de migrantes y extorsionar a sus familiares impunemente. 

Todas esas ideas tienen consecuencias en nuestra vida diaria, en cómo percibimos a las personas de acuerdo a su acento, a su color de piel, a su vestimenta, etcétera. Vivo en Quintana Roo, un lugar en el que los mismos policías que ayudan a turistas blancas a buscar su hotel, pueden ver a una mujer salvadoreña como una amenaza al punto de someterla y asesinarla, como sucedió con Victoria Salazar. Aquí, los habitantes de este estado podemos observar constantemente las consecuencias de esos estereotipos que no se quedan en el titular, sino que salen a las calles y entran a nuestros lugares de trabajo y recreación para convertirse en violencia. 

 En este y muchos otros lugares de México, las puertas que se abren para alguien percibido como turista (aunque no tenga documentos ni un respaldo económico) también se cierran cuando alguien es percibido como indígena de la región o como migrante. Y todos esos estereotipos negativos sin sustento que desprecian a personas migrantes también discriminan a todos aquellos que no entran bajo los estereotipos de lo que es ser mexicano. 

 Por la seguridad de las personas migrantes y personas mexicanas discriminadas en nuestro propio país, necesitamos eliminar los artículos 97 y 98 de la Ley de Migración, donde se establecen las revisiones migratorias en carreteras mexicanas por ser acciones basadas en perfilamiento racial.

 

Racismo y xenofobia hacia personas refugiadas y migrantes en los medios de comunicación

 Por: La Corregidora

 Leídos por: Valeria Angola 

 Afrochingonas, noviembre de 2023

La Corregidora

La Corregidora es un proyecto que interviene titulares de noticias de forma llamativa señalando sesgos mediáticos con la intención de invitar a las lectoras a analizar las narrativas y la forma en la que nuestra sociedad entiende la realidad.

Danae es una diseñadora, ilustradora y arquitecta que dedica su tiempo a diversas iniciativas de justicia social.