¿Qué es la eternidad?

por Mariana PedrosoActivismo, Corporalidad

Cuando narramos con respeto y cariño las historias de quienes vinieron antes que nosotrxs mantenemos con vida a nuestros antepasados.

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Hice el ejercicio de buscar en mi memoria al ancestro más antiguo que conozco. Pasé por mi familia de sangre, atravesé eternos desconocidos y encontré a Zumbi dos Palmares. Concluí: Zumbi es eterno.

Su vida, su legado y un poco de su trayectoria fueron transmitidos de generación en generación. Hoy no veo la posibilidad de que la sociedad lo olvide, al menos no mi generación. ¡Zumbi vive!

Al pensar en Zumbi dos Palmares me di cuenta que mi memoria puede llegar más lejos. Kanka Moussa –conocido como el Rey de los Reyes en el continente africano– también es eterno. Pienso en Lélia González, Beatriz Nascimento, Nzinga, Dandara y tantas otras corpas eternas que mi memoria puede buscar…

Entonces, regreso a mi cuestión inicial. Reelaboro y amplío mi pregunta: ¿para ser eterno hay que haber logrado hazañas emblemáticas? Quizás la dignidad, la lucha, el legado y la resistencia sean factores importantes para trazar este camino hacia la eternidad. Tal vez no.

En la cultura mexicana, cuando una persona muere, cada año los días 1 y 2 de noviembre, Día de los Muertos, las familias exhiben fotografías de sus antepasados en altares dentro de sus hogares. También en los panteones, junto con objetos personales y las comidas favoritas de sus antepasados, se forman ofrendas con flores, frutas, fotografías y velas. En estos días, los antepasados visitan a sus familias, quienes con orgullo cuentan un poco de su historia. En la película animada de Disney, «Coco», por ejemplo, hay una hermosa representación de esta práctica cultural.

Recientemente, comencé a buscar la mayor cantidad de información posible sobre mis antepasados y ancestros en mi árbol genealógico. Después de realizar un examen de ADN de ascendencia, conocí y reconocí a personas que nunca imaginé. Incluso, obtuve el nombre y apellido de mis tatarabuelos. ¡Hasta hace un año ni siquiera sabía los nombres de mis bisabuelos!

Entonces me di cuenta de que para ser eterno sólo hace falta ser recordado.

Me comprometí a escuchar, grabar y contar historias para que los miembros de mi familia sean eternos. En este sentido, hacer eternos a los demás es un compromiso familiar. Colectivo. Para alcanzar la eternidad no es necesario que mil millones de personas recuerden tu legado ni tampoco es necesario ser la persona más querida y honesta de la ciudad. La eternidad tiene que ver con la energía vital y el respeto por la memoria de quienes vinieron antes. La eternidad tiene que ver con la oralidad. Cuando contamos historias adoramos a nuestros antepasados y esta energía los mantiene vivos. ¡Eternos!