Por una antropología amefricana

por Antirracismo

La Amefricanidad es una categoría político-cultural desarrollada por la historiadora, filósofa y antropóloga negra, Lélia González, que se refiere a las cosmo-percepciones de los pueblos originarios y africanos que fueron borradas por la creación de los estados nacionales.

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Este texto es una adaptación del mismo publicado en portugués e inglés en el sitio web de American Anthropologist

 

Ni qué decir que la división interna de las mujeres negras

en la universidad es tan grande que en el momento

en que se enfrentan cara a cara con la realidad 

de una ideología prejuiciosa y discriminatoria que está ahí,

 la cabeza les da un baile increíble. 

Tuve que pasar por el psicólogo, hacer terapia y demás, 

y el análisis en este sentido me ayudó mucho. 

 

Cuando llegamos a la universidad, éramos un montón de gente perpleja. (González, p. 91)

 

Descubrí la Antropología cuando tenía alrededor de 24 años. Me acuerdo de un libro chiquito titulado: Antropología para quién no tiene interés en hacerse antropólogo. Fue ahí donde leí las primeras líneas de una etnografía. Desde temprano, fui una persona enamorada por leer y escribir y aquel libro me dejó más que encantada.

 

Al leer etnografía, no sabía si estaba delante de un relato de sentimientos, si estaba conociendo más sobre la espiritualidad y sobre el poder en la gestión de las escuelas de samba. Al final, descubrí que es todo a la vez: se trata de aprender con escritos que mezclan lo subjetivo, lo externo, el encuentro con las diferencias y lo desconocido. Desde entonces, inicié una búsqueda sobre la antropología, la cual me llevó hasta las Ciencias Sociales.

 

En este momento, soy estudiante de la maestría en Antropología, diciéndome antropóloga con un tantito más de seguridad, aunque en verdad no tenga muy claro lo que hace un antropólogo (creo que por siempre nos vamos a cuestionar y esto es maravilloso). Algo que ha cambiado en este proceso de convertirme en antropóloga han sido las preguntas, las cuales han madurado mientras camino por distintos encuentros desde que, hace casi quince años, di con el librito que les comenté al inicio. 

 

Las investigaciones antropológicas en las que estuve involucrada en este camino de aprendiz estuvieron siempre conectadas con los estudios de la cuestión étnico-racial y su relación con los marcadores de nacionalidad y género. Desde estas investigaciones, me he preguntado si es posible pensar una antropología amefricana. 

 

Antes de seguir, es importante hablar sobre la amefricanidad. Amefricanidad es una categoría político-cultural desarrollada por Lélia González, historiadora, filósofa y antropóloga nacida en Brasil. Esta categoría, a pesar de que ha sido desarrollada por Lélia, ya tenía abordajes anteriores realizados por otros investigadores. La amefricanidad tiene que ver con las dimensiones constituyentes de las culturas ubicadas en el territorio conocido como América Latina. Según lo que propone la autora, desde el lenguaje racista y el hecho de cargar con una falsa pertenencia europea, los proyectos de estado-nación constituidos después de la invasión colonial han buscado silenciar la africanidad y las cosmo-percepciones de los pueblos originarios en sus “culturas nacionales” que, dicho sea de paso, están erigidas en la ilusión de una universalidad alienante de nuestras pertenencias como pueblo. 

 

Hablar acerca de los desafíos vividos en este hacerse antropóloga pasa por comprender los límites y las posibilidades que la nacionalidad nos ha impuesto como personas negras en este territorio afrodiaspórico que es Améfrica Ladina. Estos límites se presentan en trayectorias de investigadoras e investigadores negres, prietes, tales como Lélia González.

 

Estudiar, discutir y relacionarse con los imaginarios antropológicos –ya sea en las producciones etnográficas y en medio de los cambios de rumbo en el pensamiento socio-antropológico en Brasil– es estar intensamente involucrados en lecturas y escrituras del mundo traspasadas por lo que las africanidades adentro y afuera de las universidades han desarrollado en medio de un fuerte y refinado proceso de silenciamiento hacia nuestra praxis de investigación. 

 

En este sentido, cuando pienso en mi propia trayectoria como una mujer negra que recorre caminos de conocimientos antropológicos, es imposible no hablar acerca de la incomodidad que siento por la limitación de las lecturas que establecen fronteras en la aplicación de las sugerencias hechas por el pensamiento de investigadores autonombrades como amefricanes.

 

Afirmo que existe una producción antropológica amefricana que necesita ser nombrada y reconocida, tanto en la recuperación de nombres que han sido mantenidos en el olvido entre los cánones, como en intentos honestos de involucrar las inquietudes de nuevas etnografías autonombradas como amefricanas. ¿Para quiénes es incómodo pensar africanamente? ¿Cuáles son los impactos de pensar en una antropología amefricana? Estas son preguntas que considero importante compartir para este diálogo pluriverso entre cosmopercpeciones tan complejas: la ocidental universalizante y la afrodiaspórica. 

 

Por una antropología amefricana 

 

Por: Aline de Moura Rodrigues 

 

Leído por: Marbella Figueroa

 

Afrochingonas, junio de 2023 

Aline de Moura Rodrigues 

Soy una amefricana al sur del sur. Una prieta enamorada de los encuentros.